La luna se ha detenido y ya no quiere
seguir adelante. Su destino está cumplido, dice, y ya no tiene más
sentido continuar. En años más, tal vez, dirán las llanuras- les
tocará justo a ellas- contar cómo en días sin viento, con su punta
enrojecida, sus cuernos de cristal se detuvieran en medio del cielo,
al llamado de Dios. E Shaddai llama: Ven. Terminadas las felicidades
de la juventud, terminadas las ilusiones;' estoy cansada'.
No te abandonaré, tranquila; puedes
contar conmigo. Hasta el final de los tiempos estaré a tu lado,
secaré las lágrimas de tu rostro embarrado y te traeré como
regalo, querida, día tras día, alguna de mis rosas terrenales- mí
mismo.
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