martedì 30 ottobre 2012

Jacobo Fijman- Letanía del agua perfecta [Enrico Valtellina, Marcelo Pakman]





Letanía del agua perfecta
-Jacobo Fijman-
Presentación:Jacobo Fijman fue, a nuestro entender, uno de los mejores poetas contemporáneos del mundo hispanoparlante. Su vida estuvo marcada por dos experiencias extremas: por un lado, eso que en lenguaje técnico se denomina 'psicosis' y que vulgarmente se conoce como 'locura'. Y por otro lado una búsqueda espiritual, a la vez mística y metafísica, que lo condujo desde su judaísmo de origen a la conversión al catolicismo.
No queremos extendernos demasiado en esta presentación para no demorar al lector en su encuentro con el poema que publicamos. Pero vamos a señalar, al menos, unas pocas cosas con respecto a los dos puntos anteriores.
A propósito de la locura, más allá de los clisés psiquiátricos y sociales e incluso literarios que se le asocian, nos parece que en el caso de Fijman es imposible comprender la relación entre la misma, su obra poética y su búsqueda místico-metafísica si no se empieza por respetar lo que el propio poeta pensaba al respecto.
Para el poeta, su locura fue el camino que le permitió sustraerse del mundo y de los aspectos más exteriores de sí mismo, a fin de alcanzar el lugar más despojado y puro de su ser. Por eso, cuando se piensa en la locura de Fijman es necesario tener a la vista sus propias palabras: "Demencia: el camino más alto y más desierto"
Por supuesto, un camino como ese no se elige de modo voluntarista, pero eso no obsta para reconocer en el mismo una orientación acorde, de uno u otro modo e incluyendo los dolores y dificultades que entraña, al destino de Fijman como poeta y místico iluminado.
Con respecto a su conversión, diremos solamente que nuestro poeta encontró en el catolicismo no tanto una religión, en el sentido convencional y exterior que tiene generalmente esa palabra, sino el soporte simbólico e intelectual para una verdadera transfiguración de su persona.
Así, locura, poesía y espiritualidad, en Fijman, se implican de un modo singular. Un modo tal que no permite encasillarlo en la figura estereotipada del 'poeta maldito' ni del 'genio loco'. Pues, esa tríada fue para él, de una forma que escapa a los modos de comprensión ordinarios, la cantera de donde extrajo las piedras fundantes de su edificio interior.
En la obra poética de Fijman hay tres grandes libros. Los cuales, aún siendo independientes, al considerarlos en conjunto definen un itinerario poético y espiritual de sentido ascendente. Se trata de Molino rojoHecho de estampas y Estrella de la mañana; publicados en 1926, 1929 y 1931 respectivamente.
A esos libros, un amigo y biógrafo de Fijman los ha comparado con las tres instancias del camino espiritual según la tradición cristiana contemplativa: la vía purgativa, la vía iluminativa y la vía unitiva. De acuerdo a ese esquema de lectura los tres libros se corresponden uno al otro, pero es el tercero, Estrella de la mañana, el que corona la obra.
Ahora bien, después de Estrella de la mañana Fijman siguió escribiendo durante muchos años más. Y de los poemas posteriores a los libros principales se destaca particularmente uno titulado Letanía del agua perfecta. El cual, dicho sea de paso, ha sido rescatado del olvido por Alberto Arias. Razón por la cual no podemos menos que agradecerle públicamente su labor (ver Ref.)
Para nosotros, la Letanía del agua perfecta es, a la vez, el cenit de la producción poética de Fijman y un astro fulgurante e imperecedero de la poesía en nuestra lengua. Y es por eso que lo hemos elegido para su publicación en La Escalera.
En fin, ahora preferimos dejar al lector a solas con ese poema; cuya belleza, claridad y profundidad corresponde precisamente a su título. Pues, sus palabras son, para quien se abre a sus inefables resonancias, palabras de agua perfecta.
Máximo Lameiro
Agosto, 2009.
Letanía del agua perfecta


El agua descansa en el Amado.
Contemplación del agua, seas el agua y cielo amor cual es el agua prevenida.
Adán,
asesino de la paloma, de tu paloma, del sí profundo que mueve el agua en cielo y llama en cielo,
sobre tu cuerpo nos ha crecido la selva oscura, cielo de nada, tierra de nada.

Apartamos el agua de la muerte bajo el agua perfecta;
sosegamos el agua atenta que saborea los nombres divinos.

Una es la luz de luz que ordena el reino que no fue creado.
Seas en agua y cielo; seas en llama y cielo.

Canales lúcidos del canto, y a través a través de la paloma blanca;
y soles fríos
a través de la beatitud, a través a través de la paloma blanca.

Nos une el agua de la obediencia.
Bajo la estrella del mar
seas el agua libre de figuras que besan amargura de muerte eterna;
después de nuestra soledad vendrá la voz, la voz del agua primera.

¿Qué tiene la noche
acabada de soledad en la belleza amarga?
Los ojos resplandecen detrás del agua de aquella estrella.
Andan los ángeles del monte de toda gloria,
y el bosque sacude el agua de su silencio que en el principio tiene su semejanza.

¿Qué tiene la noche?
El agua con sus términos perfectos.

Acabados de soledad en la belleza amarga
alzamos la voz, y ponemos el llanto en los días de muerte.

Alegría en lo alto, y alegría en lo bajo de su tierra
que sube delante de los cielos y las estrellas que llevan el agua puesta en sus manos.

El agua, con sus términos perfectos;
y después de la soledad viene la voz, la voz del agua primera.

Adán,
tu noche traza la muerte sobre el fuego y el agua y el aire y la tierra,
y cae como cielo de agua y sueño y mal que arrastra pavor de soledad eterna.

Polvo y ceniza levantamos el agua para que mire Nuestro Señor el agua,
y apartamos el agua de la muerte, apartamos la tierra de la muerte
en el agua interior de la palabra mudada en canto.

Seas el agua libre de figuras que besan su amargura de muerte eterna;
el agua sobrenatural de aquella estrella,
la estrella de la imagen viva.

La inteligencia pura del ángel rompe la sequedad del mundo.
Los ojos resplandecen detrás del agua de aquella estrella.
Detrás del agua
los cielos mueven a los corderos
en un reposo de amor que está en las manos de la Pobreza.

Andaban mis ojos sobre el monte de todo principio y toda paz,
y soles que descansan como corderos saltaban por el agua y en el agua de los nombres divinos.

Adán,
criatura que ve su muerte, y el agua de su muerte, y la tierra deshecha de su muerte.

Bajo la estrella del mar
gemimos con el gemido de nuestra noche oscura;
somos criaturas de ceniza amarga que levanta su sér en el principio de los cielos y nuestra tierra.
Seas el agua libre de figuras que besan su amargura de muerte eterna.

Seas el agua libre de las figuras
lejos del agua
a través a través de la paloma blanca.

El puente resignado
y el agua simple y lúcida del canto
que agujerean profundos nombres en el desorden de mis noches frías,
y el ojo frío
a través de la beatitud, a través a través de la paloma blanca.

Queda amor en amor,
y se engendra y enciende en conocer la llama del amor divino.

Amoroso de la belleza
de la imagen de la belleza que son las criaturas.

Amoroso de la belleza
que mueve sus beatitudes imperfectas.

Señor,
consuma mi soledad en esta libre soledad de la belleza.

Se ilumina la estrella con el beso de los nombres divinos;
y a través a través de la paloma blanca,
el ángel que conoce el Nombre
anda en la estrella de su monte santo.

Los ojos resplandecen detrás del agua de aquella estrella,
y el bosque asciende su silencio que en el principio tiene su semejanza.
Me levante en su causa con los días del ángel en mi canto.

El tiempo angélico mueve tu tiempo de esperanza.
Tuvo principio el ángel y su tiempo custodia tu vida, y custodia tu muerte.

El ángel mueve tu cielo; de su gemido gimes en la gloria.
El agua y el aire y el fuego y la tierra de mis manos
llevan los signos que alegran los ángeles del cielo.

Estrella del mar
renuevo mi noche en el silencio de la estrella.

El agua que muere de muerte,
se despierta en el agua de la gracia.

Sobre el agua que muere de muerte levantamos el sér.
Bajo la estrella del mar
gemimos con el gemido de nuestra selva obscura.

Levantamos el sér bajo la estrella
bajo la cruz
bajo el lugar de los coros angélicos.

Contemplación del agua.
Mi noche cae entre gemidos del sér que crece levantado sobre las llamas.
El agua descansa en el Amado.

Seas el agua
libre del ángulo y la línea de lo imperfecto.

Seas el agua libre de las figuras.
Unimos el sér mudado por los ángeles de la divina gracia
que libra de la noche,
de esta noche de líneas y figuras.

Seas el agua que deshace las líneas y los ángeles hechos con la amargura de muerte eterna.
Seas el agua que hace su voz, agua criada,
instrumento habituado de soles y de lunas.


Seas el agua
no unida al agua del mundo;
seas el agua de la Ciudad de Dios.

El agua es aquella criatura
habituada de soles y de lunas.

Entiende el agua por el descenso del agua.

Referencias:
  • La Letanía del agua perfecta fue publicada originalmente en la revista ARX en 1934. Pero, a partir de entonces y hasta hoy estuvo totalmente inaccesible para la mayoría de la gente debido a la falta de ediciones completas de la obra de Fijman. El Sr. Alberto Arias ha rescatado ese y otros poemas como parte de un proyecto editorial que prevee la publicación total de la obra pictórica, literaria y ensayística de Fijman.
    Actualmente ese poema, junto a los tres libros que mencionamos arriba y otras poesías, se encuentra en Obras (1923-69) I: Poemas, Jacobo Fijman, a cuidado de A. Arias, editorial Araucaria, Bs. As.
  • Los tres libros principales de Fijman han sido publicados también por otras editoriales. Por ejemplo, Obra poética (en dos volúmenes), de editorial Leviatán. Vale señalar que el volumen segundo de esta edición incluye una entrevista a Jacobo Fijman realizada por el escritor Vicente Zito Lema. Quien fue una de las personas que trató más íntimamente al poeta e intentó ayudarlo en los útimos años de su larga reclusión en un hospital psiquiátrico.
  • El amigo y biógrafo de Fijman al que hicimos alusión arriba, es Juan Jacobo Bajarlía. Quien escribió una biografía del poeta titulada Fijman, poeta entre dos vidas, ediciones La Flor, Bs. As.

http://cablemodem.fibertel.com.ar/laescalera/seleccionados/letaniaFijman.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/Jacobo_Fijman


[Enrico Valtellina
Marcelo Pakman
20 ore fa tramite cellulare
Jacobo Fijman, paso los últimos 20 años de su vida en el Hospital Borda, adonde nuestro profesor de psiquiatria, de cuyo nombre no quiero acordarme, nos acompañaba, hasta la puerta, y nos dejaba entrar solos porque, decía, a el le hacia mucho mal. El lo había reproducido en pequeño, en sus peores aspectos, en otro hospital. Cinismo si ap
rendimos con el. Vaya un recuerdo para Jacobo Fijman de cuyo nombre debemos acordarnos.
Todo lo que uno recibe es pasión
Por Jacobo Fijman
No soy enfermo. Me han recluido. Me consideran un incapaz. Quiénes son mis jueces…
Quiénes responderán por mí.
Hice conducta de poesía. Pagué por todo.
Sentí de pronto que tenía que cambiar de vida. Alejarme del mundo. Y me aislé. Me fui de todos, aun de mí…
Hoy es la demencia un estado natural.
Todas las palabras son esenciales. Lo difícil es dar con ellas.
El delirio son instantes. Puede durar toda la vida.
Mi poesía es toda medida.
El arte tiene que volver a ser un acto de sinceridad.
Qui a Rio uno dei più brillanti intelllettuali della prima metà del secolo, Lima Barreto, ha scritto il cimitero dei vivi, sull'istituto Pinel in cui era recluso per dipsomania e deliri correlati, lo sto leggendo, molto bello.]


1 commento:

  1. Poema Canto Del Cisne de Jacobo Fijman

    Demencia:
    el camino más alto y más desierto.

    Oficios de las máscaras absurdas; pero tan humanas.
    Roncan los extravíos;
    tosen las muecas
    y descargan sus golpes,
    afónicas lamentaciones.

    Semblantes inflamados;
    dilatación vidriosa de los ojos
    en el camino más alto y más desierto.

    Se erizan los cabellos del espanto.

    La mucha luz alaba su inocencia.

    El patio del hospicio es como un banco
    a lo largo del muro.

    Cuerdas de los silencios más eternos.

    Me hago la señal de la cruz a pesar de ser judío.

    ¿A quién llamar?
    ¿A quién llamar desde el camino
    tan alto y tan desierto?

    Se acerca Dios en pilchas de loquero,
    y ahorca mi gañote
    con sus enormes manos sarmentosas;
    y mi canto se enrosca en el desierto.

    ¡Piedad!

    El timbre de mis ojos
    esparce intimidad.
    Mi piedad de rodillas
    se arroba en los suspiros del ocaso
    (palomas de violeta)
    ¡Mis manos palpan el color de misa!

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