28 de enero de 193...
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Voy corriendo al Quai d'Orsay
Para mirar a mi dueño
Mi dueño, mi bien amado
Por la ventana he saltado
Pelo rubio como el sol
El infinito en sus ojos
Una silueta alta y fina
¡Ay¡ yo deseo seguirla
Yo quedo toda turbada,
Día y noche se trastornan
El río helado no puede
Anegar todo mi anhelo
Con su Alteza la distancia
Es inmensa, y nadie puede
Vencerla de un aletazo.
El corazón no es rebelde.
Abro, tranquila, mi puerta
Desfila toda mí escolta
Están allí mis asiduos
La tristeza, el desaliento
Pero ese día se sienta
Muy cerca de mi ventana
En persona de mi dueño
El valor sin abandono.
Los viajes, qué azoramiento
Atentados, accidentes
¡Cómo todo se acumula
y las salidas de mulas!
Que su Alteza me permita
Decirle cuanto le digo
Me preocupa lo indecible
la perfidia de esas bestias
Cuando las águilas vuelen
Por sobre la Cordillera
Los Windsor se medirán
Con los Grandes de la Tierra.
cfr. http://gconse.blogspot.com/2011/06/le-soi-disant-cas-aimee-ou-le.html
detached from the context, rendered into a different language, these lines are for me of an almost absolute beauty (ABSOLUTE: that's it)
RispondiEliminastaccati dal contesto, portati in un'altra lingua, questi versi sono per me di una quasi assoluta bellezza (ASSOLUTA: appunto)